Número: 300
Ciudad de México ,a 06 de Octubre de 2016
·
Autoridades electorales deben ser líderes en la
convocatoria para la cultura democrática: Carlos Valenzuela
·
La desigualdad, la falta de
oportunidades y educación, problemas que generan violencia
Durante el segundo día
de intercambio de experiencias en el VII Foro de la Democracia Latinoamericana,
en la sesión V “Cultura Democrática y Educación para la Paz”, se abordó el tema
de la cultura de paz como ecosistema óptimo para la expansión de las
libertades.
En países como México y
El Salvador la presencia del crimen está afectando de una manera lastimosa la
convivencia pacífica y la vida de los ciudadanos y, por esta razón, es
necesario que desde las instituciones democráticas se tenga una respuesta para
identificar y evadir todo tipo de violencia, así lo señaló el Consejero
Electoral Ciro Murayama al moderar esta mesa de trabajo.
El objetivo principal
de la sesión fue intercambiar ideas que permitan alcanzar la construcción de una
cultura democrática alérgica a la violencia y la manera de enfrentarla con
códigos democráticos y pacíficos.
Claudia Salcedo,
Directora de la Red Internacional de Universidades para la Paz, manifestó que la educación es relevante
en la construcción de la democracia, y si hay desinterés de los ciudadanos por
la política y la democracia es porque no se les educa para que construyan
raíces con el tema y se sientan identificados.
“La democracia no está
fallando, se concibe en el tipo de cultura y momentos determinados, las
democracias no son perfectas pero son las de mejor convivencia social pacífica”.
Luis Mario Rodríguez,
Director del Departamento de Estudios Políticos de la Fundación Salvadoreña
para el Desarrollo Económico y Social, relató
que en la construcción de los acuerdos políticos de paz en El Salvador fueron
analizados temas como la represión, el autoritarismo y la falta de
oportunidades en los jóvenes, que ha sido caldo de cultivo para el momento
político de ese país.
Con la firma de los
acuerdos de paz se detonaron procesos que están ayudando a la transparencia en
las elecciones y la renovación de la institucionalidad. “Es irrefutable que la
firma de paz, nos llevó a un régimen que permite proteger derechos políticos y
fundamentales”, dijo Rodríguez.
Insistió en que no se
puede educar en democracia bajo contextos donde hay pendientes retos por resolver
como la gobernabilidad y sostenibilidad.
Una de las tareas más
urgentes es hacer empoderar a los ciudadanos sobre sus derechos y
proporcionarles una clara visión de sus responsabilidades para evitar que sea
vulnerables.
Gustavo Palomares,
Presidente del Instituto de Altos Estudios Europeos, dio cuenta de los países de América Latina que se
encuentran entre los 25 más violentos. “La desigualdad nos ubica en la región
más violenta del mundo”, señaló.
Carlos Valenzuela,
experto electoral internacional, resaltó
que el VII Foro de la Democracia Latinoamericana es un producto del crecimiento
de institucionalidad democrática y de la evaluación de las dinámicas sociales
de nuestras instituciones.
América Latina, dijo,
debe de construir una caja de herramientas que permita gestionar conflictos y
generar espacios para la convivencia. “No hay paz en sociedades invadidas por
la violencia, deben superarse las causas fundamentales, su origen”.
Manifestó que las
autoridades electorales deben ser líderes convocantes para generar espacios de
diálogo e intercambio de experiencias para alcanzar el desarrollo de la cultura
democrática.
Exigencia ciudadana, respuesta activa contra la corrupción
En la sesión VI,
moderada por María Marván, se desarrolló el tema de las insuficiencias de la
cultura democrática, donde los ponentes destacaron los elementos que abonan a
la existencia de la corrupción y las diferentes respuestas en América Latina.
“El clima propicio para
el desarrollo de la corrupción tiene aspectos institucionales, debido a la
falta de reglas en materia de ética pública, en la rendición de cuentas, la
impunidad y la extrema tolerancia social”, comentó Delia Ferreira, académica
argentina.
En su oportunidad, Eduardo
Núñez, Director del Instituto Nacional Demócrata en Guatemala, destacó que “el
factor novedoso de las repuestas en América Latina es la movilización ciudadana
y estas generan diferencias sustantivas en el deseo por informarse más y
participar en la depuración de la corrupción”.
Juan Jiménez, Jefe de
la Misión de la Organización de los Estados Americanos (OEA), resaltó que la sociedad tiene un alto
índice de tolerancia a la corrupción y la forma para hacer frente a ello es la
prevención y la persecución legal, por lo que es básica la participación activa
entre instituciones y ciudadanos. Y destacó “La corrupción afecta la
gobernabilidad y los derechos humanos de los países”.
En opinión del Gobernador
de Tabasco, Arturo Núñez, los diseños constitucionales contra la corrupción deben
armonizarse para generar incentivos y cambios en la cultura política, de esta
manera se influirá más rápido en los procesos de democratización. “La
perseverancia en una forma de lucha contra la corrupción, los medios de
comunicación también son actores importante en esta lucha”.
Finalmente, Carlos Mesa,
expresidente de Bolivia, se pronunció por crear escenarios que combatan la
corrupción, porque ésta tiene una relación con el poder. “El poder permite
hacer efectiva la corrupción porque cuenta con los mecanismos para accionarla”.