Número: 297
Ciudad de México ,a 05 de Octubre de 2016
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Es necesaria una política de Estado en materia
de educación democrática: Edmundo Jacobo Molina
La educación en la democracia como política pública es un
gran pendiente de los países de América Latina, coincidieron en subrayar
académicos, políticos y expertos en materia electoral que participaron en el
VII Foro de la Democracia Latinoamericana.
El Secretario Ejecutivo del Instituto Nacional Electoral (INE),
Edmundo Jacobo Molina subrayó que se requiere una política de Estado en materia
de educación cívica, pues la construcción de una cultura cívica rebasa
cualquier iniciativa gubernamental.
Mencionó que si bien ha habido varios esfuerzos que buscan
una ciudadanía informada, crítica, conocedora del entorno y dispuesta a
enriquecerla, “lo que hay en nuestros países, son múltiples ejemplos de intolerancia, de polarización, de reducir
la política a lo más elemental a los instintos, los sentimientos, el enemigo
común, el juicio maniqueo y no a un afán
por un debate fundado, basado en el diálogo respetuoso que busque sumar en lugar
de excluir”.
Al moderar la primera sesión “La educación para la
democracia como política pública” y en compañía de Betilde Muñoz-Pogossian,
Directora del Departamento de Inclusión Social de la OEA; Mauricio Merino,
académico del CIDE; Eduardo Quirós, Presidente del Grupo Editorial El Siglo –
La Estrella; el ex Presidente del
Instituto Federal Electoral (IFE), José Woldenberg Karakowsky y la política
Josefina Vázquez Mota; Jacobo Molina anunció que el Instituto Nacional
Electoral aprobará el próximo 14 de octubre una estrategia de cultura cívica.
En el Palacio de Minería, la Directora del Departamento de
Inclusión Social de la OEA mencionó que en la región ya hay varios países,
entre ellos México, que están implementando políticas públicas en materia de educación
democrática.
Con el fin de construir
un sistema interamericano de educación en el que converjan todos los
esfuerzos a nivel regional, se firmó una carta de intención en la Cumbre de las
Américas, que fue apoyada por el BID, el Banco Mundial, la CEPAL y la OEA. El
reto, dijo, es lograr que los ciudadanos “sean tolerantes ante la diversidad,
pero intolerantes ante la discriminación y la desigualdad”.
Para la política mexicana Josefina Vázquez Mota, “los
ciudadanos no nacen, se hacen”, por lo que consideró que debe ser la familia,
la primer escuela para la democracia y las libertades. “Lo que no pase en
nuestras familias, no pasará en el municipio, ciudad o en el país y aquello que
pase en las familias tendrá consecuencias en la impunidad, la transparencia y
la igualdad social”, agregó.
El ex Presidente del Instituto Federal Electoral (IFE),
José Woldenberg Karakowsky, precisó que se requiere distinguir el
desencanto con la democracia, con el desconocimiento de la democracia y sus
principios.
Ponderó los esfuerzos que realiza el INE en educación para
la democracia, pero en su opinión se requiere un efecto multiplicador que
inicie en las escuelas, en las que se explique qué es democracia, “que se exponga
que es un régimen donde puede coexistir la
diversidad política, donde existe la posibilidad de renovar los
gobiernos y en el que los ciudadanos son portadores de derechos que deben
ejercerlos, pero también con obligaciones por cumplir”.
En seguida, Mauricio Merino, académico del CIDE, advirtió que si el desencanto con la
democracia que se observa en la región, sólo pone el acento en modificar los
resultados en materia de seguridad, violencia, desigualdad, economía y prestación de servicios sociales, existe el
riesgo de “abrirle la puerta a tentaciones autoritarias, a las tentaciones que
desde jerarquías, desde los poderes fácticos e incluso desde la violencia,
pueden llegar a creer que, para mejorar esos resultados, es mejor meter en suspenso al régimen democrático”.
En este sentido, coincidió con Eduardo Quirós, Presidente
del Grupo Editorial El Siglo – La Estrella, quien enfatizó que se requiere la
formación en democracia para que el ciudadano se eduque en el ejercicio de sus
derechos. “La democracia no se cuida por
generación espontánea, sólo se perfecciona, crece y evoluciona, en la medida
que tiene una salvaguarda permanente y eso se hace educándonos, formándonos,
educarnos en democracia”, dijo Quirós.
Más tarde, en el VII Foro de la Democracia, se llevó a cabo
la Sesión II “Valores éticos de la vida democrática. Definiciones en torno a la
cultura cívica”, que fue moderada por el político peruano Óscar Maúrtua y en la
que participaron el académico español Manuel Alcántara; la Directora Ejecutiva
de la Fundación Esquipulas, Olinda Salguero; la Rectora de la Universidad
Nacional Autónoma de Honduras, Julieta Castellanos; Ricardo Becerra, Presidente
del Instituto de Estudios para la Transición Democrática y José Thompson,
Director Ejecutivo del Instituto Interamericano de Derechos Humanos.
En este panel, los expertos coincidieron en que los valores
democráticos contribuyen a la gobernabilidad y que la cultura cívica a través
de la educación coadyuve a la gobernanza, indispensable para la convivencia
democrática nacional y regional.
El reto, agregaron, es lograr que los valores de la
democracia se comprendan y difundan para que el ciudadano haga suyo y defienda
como parte de una praxis cotidiana la libertad de expresión, la libertad de
manifestación, el libre tránsito, etcétera, que no serían posibles bajo otro
régimen.
La III Sesión “Las reglas del juego democrático,
incertidumbre y aceptabilidad del resultado electoral”, fue moderada por el
Consejero Electoral Marco Antonio Baños y
participaron el experto electoral internacional, Rafael López Pintor;
Lisa Shoman, ex Ministra de Relaciones
Exteriores de Belice; el Titular de la Fiscalía Especializada para la Atención
de Delitos Electorales, Santiago Nieto y el diputado costarricense, Ottón Solís.