Democracia, Educación y Capacitación Cívico - Electoral


ESTUDIO SOBRE ABSTENCIONISMO EN MÉXICO

 

El presente documento es un avance de los resultados de una profunda investigación solicitada por la DECEyEC al Centro de Estudios para un Proyecto Nacional S.C. Por este motivo es que las opiniones aquí vertidas son responsabilidad de los autores y no reflejan necesariamente las posturas del Instituto Federal Electoral en lo relativo al tema. Sin embargo, las conclusiones son el resultado de un análisis riguroso y objetivo de gran utilidad para el propio Instituto y esperamos que de igual forma lo sean para el público en general.

El estudio tiene el objetivo de analizar el fenómeno del abstencionismo a manera de variable dependiente que estaría determinada por un amplio número de variables. Es decir, se intenta buscar las condiciones sociodemográficas, históricas y estructurales que pueden afectar los niveles de participación electoral. El abstencionismo, sin embargo, es un fenómeno complejo en torno al cual no se han podido poner de acuerdo los especialistas, de manera que no existe una tipología universalmente aceptada para caracterizarlo. Por esta razón, se plantea una aproximación a un marco teórico capaz de explicar, de la manera más amplia posible, las variables que afectan la participación electoral sin dejar de advertir los riesgos de llegar a generalizaciones. Estos riesgos son consecuencia de la naturaleza compleja y cambiante del abstencionismo pero sobre todo de la falta de claridad que hay en torno a los alcances y significados políticos del fenómeno, o sea, su importancia en el desempeño de los regímenes democráticos.

Se presenta aquí un informe preliminar, cuya versión final será editada por la Dirección Ejecutiva de Capacitación Electoral y Educación Cívica.

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El abstencionismo: un acercamiento hacia un marco teórico

Breve estudio comparado del abstencionismo en España, Estados Unidos y Chile

El comportamiento de la abstención en México en las elecciones federales de 1982 a 1997

Confiabilidad ciudadana y nivel de participación y abstención (1991-1997)

La abstención y su correlación con las principales variables sociodemográficas para los comicios de 1994 y 1997

Análisis de la abstención en las elecciones de 1997, por entidad federativa y distrito

Evaluación de las tareas del IFE sobre educación cívica y promoción del voto, y su impacto en el nivel de abetnción en los comicios de 1997

Dificultades para establecer una tipología del abstencionismo en México

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EL ABSTENCIONISMO: UN ACERCAMIENTO HACIA UN MARCO TEÓRICO

Por su naturaleza compleja y cambiante, la abstención es uno de los fenómenos políticos más difíciles de analizar e interpretar. A ello contribuye una interminable serie de dificultades y razones técnicas a las que hay que añadir la permanente polémica que en todo el mundo se produce en torno al alcance y significado político de la abstención.

En efecto, el tema del abstencionismo es uno de los más complejos y menos estudiados en materia electoral, y ésto no sólo en México, sino en el mundo. Lo cierto es que hasta la fecha nadie ha logrado establecer una tipología universalmente aceptada del abstencionista, y los análisis concernientes al caso se limitan a intentar sacar conclusiones generales con base en la evidencia empírica que aporta el estudio de estadísticas, encuestas, exámenes comparados y observaciones sobre resultados electorales en naciones determinadas y tiempos específicos.

Importancia de la integración empírica

Las interpretaciones y explicaciones científicas de la abstención se asocian estrechamente con variantes de énfasis prescriptivo o empírico con que la ciencia y la sociología política se han acercado a la democracia y su estudio.

De la visión prescriptiva se ha derivado a la empírica y al intento de verificar, como primer paso, la determinación social de la participación/abstención, para plantearse luego la posible incidencia de algunas formas activas de abstención.

Importancia de la participación electoral

La participación electoral debe ser una preocupación fundamental de los regímenes democráticos. La competencia justa y libre en elecciones multipartidistas se ha convertido en el aspecto fundamental a observar en los últimos años. México y los países de democratización reciente deben asumir como verdadero que la caída en la participación electoral es un síntoma de decadencia de una sociedad democrática. Así vista, la esencia de la democracia se sostiene en la habilidad de la ciudadanía para seleccionar a sus propios líderes mediante el sufragio.

Razones del abstencionismo

En primer lugar, debemos enfrentar el hecho de que no todos los ciudadanos inscritos en el padrón votan, por lo que deben existir una o varias razones para ello. Votar no es una actividad sin costo; su costo es mínimo, pero lo tiene:

El tiempo y el esfuerzo de ir a registrarse.

El tiempo y el esfuerzo de ubicar e ir a la casilla el día de la elección.

Los costos para allegarse la información mínima que permita distinguir entre los candidatos.

En segundo lugar, debemos preguntarnos cuáles son los beneficios que se obtienen por votar. Sin embargo, no sólo cuestiones instrumentales o asuntos de costos relativos o de apatía pueden explicar las razones del abstencionismo.

El voto obligatorio

Existen variantes decisivas en la obligatoriedad de la emisión del voto. En algunos países el voto es obligatorio y se penaliza de algún modo la abstención justificada. En otros se ha abolido la norma de obligatoriedad pero persisten sus efectos en beneficio de niveles comparativamente más altos de participación electoral. Lo cierto es que puede afirmarse que la norma de obligatoriedad legal reduce en gran medida las cifras de abstención mientras está vigente, e incluso abolida la obligatoriedad los países que han convivido con dicha norma siguen presentando niveles relativamente mucho más bajos de abstención electoral.

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BREVE ESTUDIO COMPARADO DEL ABSTENCIONISMO EN ESPAÑA, ESTADOS UNIDOS Y CHILE

Para efectuar un análisis empírico del abstencionismo en el mundo contemporáneo se han seleccionado las experiencias de tres naciones que por sus características e historia resultan ser sumamente representativas del fenómeno abstencionista: España, Estados Unidos y Chile.

El abstencionismo en España

En España los niveles de abstención en elecciones generales son relativamente más bajos que los que se producen, por termino medio, en los países integrantes de la Unión Europea.

Él nivel de abstención en elecciones municipales ha sido siempre más alto que el de las generales. La distribución de la abstención, tanto a nivel regional como provincial, presenta en España connotaciones geográficas muy marcadas.

El predominio de los intentos de explicación sociológica de la abstención en pasadas décadas ha hecho que se preste especial atención a variables sociodemográficas como el tamaño del municipio de residencia. El grado de urbanización se relaciona de manera creciente y positiva con la abstención. De todo ello se desprende que urbanización, por un lado, y dispersión poblacional, por otro, están siendo factores que influyen en los niveles de abstención, con la particularidad de que a mayor abstención mayor parece ser la influencia del grado de urbanización, siendo tendencialmente constante, o incluso decreciente, el influjo de la dispersión poblacional.

El abstencionismo en Estados Unidos

En 1992, por primera vez en la historia de Estados Unidos, alrededor de 100 millones de personas votaron en una elección. Aproximadamente 55 por ciento del electorado votó para presidente. Las elecciones dieron un revés a las tres décadas en que la concurrencia se negaba a votar por encima del 60 por ciento que se dio en la década de 1960 y que descendió a cerca de 50 por ciento en los ochenta.

En este país la gente joven que pasa por el entrenamiento político y cívico en el sistema educacional absorbe ideales de individualismo e igualdad; el nacionalismo ha justificado estos valores. En parte, las metas de la educación son la participación en y el apoyo a la democracia. El resultado es que el compromiso con la igualdad, el individualismo y la democracia ha sentado las bases para extender los derechos del voto. Esto, más que un idealismo, ha representado un aporte para la expansión del electorado.

Historia de la participación en las elecciones norteamericanas

Una de las criticas más persistentes al sistema electoral estadounidense en el siglo XX es que no ha logrado altos niveles de participación electoral, en comparación con otros países y con su propia evolución en el siglo XIX.

La participación electoral fue cercana al 80 por ciento en 1900, y las democracias modernas del mundo registran niveles similares. La participación en el presente siglo, en contraste, ha excedido el 60 por ciento solamente en elecciones presidenciales, y en los años recientes ha estado cerca del 50 por ciento.

Incentivos diversos en las elecciones

Las elecciones varían en el grado de interés y atención que generan en el electorado. El nivel de interés entre una elección presidencial y una de Congreso, o en una elección local, se podría ver como resultado de cinco factores:

  1. Diferencias en la cobertura de las elecciones por parte de los medios de comunicación.
  2. Importancia del cargo que se elige.
  3. Importancia que tienen los temas que se discuten y manifiestan en la campaña.
  4. Lo atrayente que puede ser el candidato.
  5. La competitividad de la elección.

La variación de estos factores nos lleva a lo que se llaman elecciones con estímulos altos y estímulos bajos.

El abstencionismo en Chile

El sistema electoral chileno ha experimentado muchos cambios que afectan los niveles de participación electoral y la representación partidista. El resultado es un sistema de partidos que incrementó el número de votantes y la variedad de organizaciones políticas.

La reforma más importante al sistema electoral fue la adopción de la representación proporcional, decretada por la Constitución de 1925, siguiendo la formula D´Hondt, empleado comúnmente en América Latina y Europa.

Elecciones y abstencionismo

Chile ha registrado históricamente altos porcentajes de participación electoral. Posee el segundo lugar de América Latina en cuanto a presencia ciudadana en las urnas e incluso se compara con naciones democratizadas de Europa occidental.

Esta alta participación electoral mucho se debe a la acendrada cultura política. Asimismo, cabe destacar una vez más la importancia de la aplicación de sanciones a las personas que no asisten a depositar su voto o se niegan a fungir como responsables de los centros de votación.

Sin embargo hay que hacer notar que Chile es uno de los países del mundo donde se registra mayor número de votos en blanco o desperdiciados.

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EL COMPORTAMIENTO DE LA ABSTENCIÓN EN MÉXICO EN LAS ELECCIONES FEDERALES DE 1982 A 1997

No obstante haberse dado ya la reforma política de 1978 que permitió la participación electoral de partidos políticos marginados hasta entonces, como el Partido Comunista (PC) y el Partido Demócrata Mexicano (PDM), la elección de 1982 es considerada como prototipo de los procesos electorales mexicanos tradicionales, como una elección controlada totalmente por el gobierno. Ésta dejó muchas dudas por el volumen elevado de votos que arrojó la elección presidencial. El padrón electoral de 1982 contaba 31,374,090 ciudadanos, es decir, alrededor de 20 millones de electores menos que el actual (de 52,945,654 ciudadanos).

El análisis de las elecciones de diputados permite revisar la evolución de los resultados con una periodicidad de tres años. También se presentan los datos de las elecciones de 1991, 1994 y 1997 para senadores y de 1994 para Presidente de la República. No es posible ubicar una homogeneidad regional en cuanto a la presentación del fenómeno del abstencionismo.

La elección de 1994 (con un 24.15%) y la de 1982 (con un 33.13%), son las elecciones con el nivel de abstención más bajo de los últimos 15 años. Sin embargo en lo que se diferencian es en su grado de confiabilidad, dado que en 1994 se contaba con el Instituto Federal Electoral (IFE), un órgano casi totalmente ciudadanizado.

Para 1985 el padrón se elevó a 35,278,324 ciudadanos, de los cuales votaron 17,879,924. Esta cifra es inferior a los 20,979,843 votantes de 1982, con un padrón menor en casi cuatro millones de electores. A nivel nacional el abstencionismo fue de 49.32%, superior en 16 puntos porcentuales al de 1982.

En 1988 se realizaron elecciones muy controvertidas, sobre todo la presidencial, donde se adujo fraude electoral en favor de Carlos Salinas, candidato del PRI, en perjuicio de Cuauhtémoc Cárdenas, candidato del Frente Democrático Nacional. Inusitadamente para una elección presidencial el abstencionismo se elevó del 49.32% de 1985 al 52.58%. De un padrón de 38,074,926 electores votaron sólo 18,054,648 personas.

Tras el conflicto post-electoral de 1988 se dieron muchos cambios en la institucionalidad electoral del país. En 1990 nació el Instituto Federal Electoral (IFE), que inicia en los hechos el proceso de ciudanización de la autoridad electoral y el retiro del gobierno del manejo de las elecciones. Desde entonces los resultados electorales se consideran mucho más confiables que los de la década de los ochenta. El padrón ascendía en 1991 a 39,678,590 electores, de los cuales votaron 23,923,956 dando un porcentaje de participación de 60.29% y una abstención de 39.71%.

Las de 1994 son las elecciones con el abstencionismo más bajo de los últimos quince años (apenas un 24.15%). De un padrón de 45,729,057 votaron 34,686,916: un nivel de participación de 75.85%.

En 1997 se realizaron elecciones con un IFE completamente ciudadanizado. Ha sido el proceso electoral menos cuestionado en la historia electoral posrevolucionaria. El resultado más significativo es, sin duda, la pérdida de la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. Sin embargo en cuanto al nivel de participación hubo un retroceso De un padrón de 52,945,654 electores votaron sólo 30,534,312, lo que da un porcentaje de participación de 57.67% y una abstención de 42.33%.

Comportamiento de los estados en las elecciones de 1982-1997

Se han agrupado los estados siguiendo criterios de similitud en su comportamiento. Para tal efecto se realizó un análisis de grupos y una comparación individual de cada uno de ellos con respecto a la media nacional. Observamos que podemos agruparlos en cinco tipos diferentes de comportamiento:

Éstos son estados con un comportamiento preferentemente abstencionista y que por lo regular se mantienen por encima de la media nacional en las elecciones de 1982 a 1997. Los dos estados más abstencionistas son Guerrero y Coahuila.

Son estados por encima o cerca de la media nacional, que han profundizado su abstencionismo. Este comportamiento es diverso para cada uno de ellos y no corresponde a una fecha en particular. Se trataría de entidades en las cuales habría que profundizar las campañas de votación.

Son estados que pudiendo ser clasificados como abstencionistas han disminuido sus niveles. Colima y Sonora tuvieron elecciones competidas en 1997, año de su repunte.

Son entidades donde, en distinto grado, ha disminuido el nivel de participación. Los casos más agudos son Tabasco, Puebla, Quintana Roo, Tlaxcala y sobre todo Chiapas.

En estos estados se ha mantenido un nivel de participación más o menos constante y siempre por arriba de la media nacional de abstención.

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CONFIABILIDAD CIUDADANA Y NIVEL DE PARTICIPACIÓN Y ABSTENCIÓN (1991-1997)

Proceso electoral 1991

Los comicios federales de 1988 condujeron a una crisis de credibilidad en los procesos electorales y en las instituciones encargadas de su organización. Fue entonces cuando se formó un amplio consenso en torno a la necesidad de reformar la legislación electoral, particularmente con los organismos que preparan, vigilan y tienen a su cargo las elecciones, el conteo de votos y la emisión de resultados.

Existen varias razones para afirmar que la alta concurrencia a las urnas no estuvo vinculada con un incremento de la confiabilidad de los ciudadanos. Al respecto debemos tomar en cuenta algunos elementos que resultaban determinantes en la percepción ciudadana:

  1. Una larga experiencia de control gubernamental, que seguía siendo percibida por la ciudadanía como la causa primordial de la adulteración del proceso y sus resultados en beneficio del partido del gobierno.
  2. El antecedente inmediato de fraude (1988).
  3. La deslegitimación del proceso, a la cual recurrieron los partidos políticos en sus campañas.
  4. El desconocimiento casi absoluto de la población sobre las autoridades electorales recién creadas y las reformas recientemente promulgadas.

Proceso electoral de 1994

Aun cuando es un hecho que las elecciones de 1991 se llevaron a cabo en una coyuntura de excepción por lo reciente de la reforma electoral, existieron errores a lo largo del proceso como la falta de información oportuna y rápida de los resultados que influyeron negativamente en la credibilidad y mostraron las deficiencias de la nueva legislación y la estructura organizativa de las elecciones.

Como conclusión preliminar es dable afirmar que la elevada participación ciudadana en los comicios del 21 de agosto de 1994 puede ser atribuida a varios factores, de los cuales destacan:

Proceso electoral de 1997

Después de las elecciones de 1994 la crítica se concentró en la inequidad de las condiciones de la competencia (financiamiento público y acceso a radio y televisión, prinicpalmente) y la persistencia de fórmulas electorales que propiciaban la subrepresentación en el Congreso. Una vez instalado el nuevo gobierno se inició la elaboración de una agenda de discusión con el propósito de arribar a una "reforma electoral definitiva" y dar paso a la normalidad democrática.

Podemos establecer entonces, a manera de hipótesis, que entre la credibilidad ciudadana en autoridades y procesos y la participación electoral en las urnas existe una relación positiva, pero no lineal ni en todos los casos determinante. Aunque puede registrarse un aumento de la credibilidad sin que ello impacte significativamente en el mismo sentido la tasa de participación, otros factores pueden influir, positiva o negativamente, en la afluencia ciudadana el día de la jornada electoral.

En 1997 lo que quizá pudo haber ocurrido es que:

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LA ABSTENCIÓN Y SU CORRELACIÓN CON LAS PRINCIPALES VARIABLES SOCIODEMOGRÁFICAS PARA LOS COMICIOS DE 1994 Y 1997

Con el tratamiento estadístico aplicado, se pudieron comprobar los efectos de la competitividad al disminuir el abstencionismo en la población con escolaridad alta. Por el contrario, se observó que el voto rural es más abstencionista, con menos votos para la oposición. Resultados similares a la escolaridad, pero menos concluyentes, se encontraron para ingreso, ocupación y tipo de vivienda. Las variables de sexo y edad no mostraron resultado significativo alguno con este método.

Tratamiento de la muestra

Para poder comparar los datos electorales con los demográficos, hubo que organizar los segundos de una forma diferente a como los presenta el INEGI. Se aplicó un sofisticado algoritmo GIS (sistemas de información geográfica) para poder determinar cuáles "agebs" (áreas geográficas básicas) y en qué cantidad están contenidas en una sección electoral. Los datos censales de 1990 se agruparon en 71 diferentes variables. Toda la matriz final se organizó simulando la distritación de 1997.

También hubo que redistribuir las votaciones de 1994 tomando su unidad mínima (la sección) y organizarla simulando la organización distrital de 1997.

Análisis de la muestra

Encontramos un gran parecido en el comportamiento de la abstención por distritos en las elecciones de 1994 y 1997. La correlación positiva entre las abstenciones de 1994 y 1997 viene a corroborar lo que en capítulos anteriores se había comentado sobre la evolución de la abstención de los estados en la serie histórica.

Comprobamos nuestra hipótesis de que la abstención podría tener uno de sus orígenes en la baja oferta política que atrajera el interés de los electores, generando abstencionismo. La competitividad de la elección influye sobre el ánimo del electorado aumentando su participación, como lo demuestran las correlaciones entre la abstención y los votos por la oposición en 1994 y en 1997.

Abstencionismo y escolaridad

Encontramos que a mayor escolaridad menor abstencionismo y viceversa (a menor escolaridad, mayor abstencionismo). Sobre todo en la elección de 1994 se observan una serie de correlaciones significativas en la población con estudios de posprimaria, educación secundaria terminada y educación posmedia básica completa. En este mismo comportamiento se encuentra la población alfabeta, aunque su correlación con el abstencionismo es significativa sólo para 1994. En forma coherente con los anteriores resultados se observá que la correlación entre abstencionismo y población sin instrucción (para 1994 y 1997), es positiva.

Cuadro 1

Escolaridad y sus correlaciones con abstencionismo, votos por la oposición y votos por el PRI

Abstención

Votos por la oposición

Votos por el PRI

1994

1997

1994

1997

1994

1997

Población alfabeta

-0.5075

n.s.

0.5674

0.6177

n.s.

n.s.

Población sin instruc-ción

0.5336

0.503

-0.5465

-0.6347

n.s.

n.s.

Población con instrucción postptimaria

-0.5409

n.s.

0.7003

0.7029

-0.6421

-0.5251

Población con instrucción secundaria terminada

-0.5173

n.s.

0.6085

0.5937

-0.5539

n.s.

Población con instrucción postmedia básica

-0.5109

n.s.

0.6759

0.6578

-0.6274

n.s.

n.s.: no significativa.

Como se puede ver en este cuadro las correlaciones se hacen más significativas al dividir los resultados en votos para la oposición y votos para el PRI. Podemos concluir que el hecho de que las correlaciones sean más significativas para el cruce con la votación por la oposición se puede interpretar como el efecto de un fenómeno de competitividad: en los distritos con mayor escolaridad existe una mayor votación por la oposición y en menor medida por el PRI y, por consiguiente, existe menos abstencionismo. Las votaciones se hacen más concurridas cuando existe mayor escolaridad.

Abstencionismo y ruralidad

Encontramos en nuestro análisis una concordancia entre ruralidad y abstencionismo: los distritos abstencionistas son más rurales y viceversa, los distritos menos abstencionistas son más urbanos. Una vez más, estas variables al cruzarse con la votación por la oposición se hacen más significativas. Lo mismo sucede con la votación por el PRI, pero en menor grado. Ello nos indica que los distritos más rurales son más abstencionistas y votan más por el PRI. Al contrario, los distritos más urbanos son menos abstencionistas y votan más por la oposición.

Cuadro 2

Ruralidad, urbanidad y sus correlaciones con abstencionismo, votos por la oposición y votos por el PRI

Abstención

Votos por la oposición

Votos por el PRI

1994

1997

1994

1997

1994

1997

Ruralidad del distrito

0.5694

n.s.

-0.7131

-0.6784

0.6510

0.5051

Urbanidad del distrito

-0.6100

n.s.

0.7199

0.7155

-0.6551

-0.5257

n.s.: no significativa

Abstencionismo y ocupación

Los distritos con mayor población que trabaja por cuenta propia son más abstencionistas, al contrario de aquellos con mayor población ocupada como obrero o empleado, en el sector secundario o en el terciario. Es decir, los distritos abstencionistas tienen menos población obrera, en el sector secundario o en el terciario.

Una vez más, casi todos estos datos se vuelven más significativos al cruzar estas variables con la votación por el PRI y más todavía al cruzar ocupación de la PEA y votos por la oposición.

Abstencionismo e ingreso

Los distritos electorales con una mayor población que recibe de 2 a 5 salarios mínimos, son menos abstencionistas. Generalizando podríamos afirmar que el ingreso y la abstención tienen una relación inversa: a menor ingreso más abstencionismo y viceversa.

Estas correlaciones débiles se hacen más significativas al cruzar ingreso con los votos recibidos por la oposición. Es el mismo caso de la escolaridad y la ocupación y podemos afirmar que en los distritos con menor ingreso la población vota menos por la oposición y vota más por el PRI, pero se abstiene más.

Abstencionismo y vivienda

En cuanto al cruce del abstencionismo con las variables de tipo de vivienda, encontramos coeficientes significativos, aunque de hecho no los esperábamos en nuestras hipótesis. Sin embargo estos datos son coherentes con los datos obtenidos anteriormente, pues encontramos que las viviendas con servicios (agua, drenaje y gas en cocina, pisos de mosaicos, paredes de tabique y techo de losa) son indicativos de un nivel de ingreso y reflejan las mismas tendencias que los análisis anteriores.

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ANÁLISIS DE LA ABSTENCIÓN EN LAS ELECCIONES DE 1997, POR ENTIDAD FEDERATIVA Y DISTRITO

En este apartado se presentan un cuadro de resultados por entidad federativa y otro que incluye columnas con el porcentaje de votos del PRI y de los partidos de oposición.

Si revisamos más a fondo nos podemos dar cuenta de que cuatro de los cinco estados con mayor grado de abstención están en el sur-sureste del país Chiapas, Quintana Roo, Guerrero y Oaxaca. Sin embargo también podemos ver que el que tiene el menor nivel de abstención (Campeche) está en esa región, lo cual se atribuye al interés que despertó en la ciudadanía la cerrada disputa por la gubernatura.

Si agrupamos las entidades por rangos de 10 puntos, podemos ver que el mayor número 16 se ubica en el rango entre 41 y 50% de abstencionismo; doce estados se colocan en el decil que va del 31 al 40%; cuatro entidades se encuentran en el rango superior al 50%, de las cuales una (Chiapas) supera el 60%. Sólo una (Campeche) toca ligeramente un rango menor, con 30.42%.

Revisando los distritos en orden descendente, menos que los de abstención más alta, casi todos están ubicados en los estados con mayor abstención. El primer distrito de un estado con abstención promedio es el 07 de Puebla con un 55.5% de abstención, ubicándose en el décimo noveno lugar por su baja participación electoral a nivel nacional.

Llama la atención encontrar que de los 50 distritos con menor nivel de abstención la mitad (25) son del Distrito Federal. El distrito con menor abstención a nivel nacional el 01 de Campeche, con un porcentaje de sólo 25%.

Los diez distritos con mayor grado de abstención están en Chiapas, todos por arriba del 60%. De hecho dos de ellos el 03 y el 01 se colocan por arriba del 70%. Hay quien explica el alto grado de abstencionismo chiapaneco a partir del conflicto guerrillero, sin embargo hay razones para dudar de que sea la única razón.

Chiapas pasó de ser una entidad con un buen nivel de participación a tener un alto grado de abstención. Las causas de este comportamiento irregular más bien debiéramos buscarlas en la baja confiabilidad de los datos electorales de los años ochentas, en los cuales era posible adulterar las cifras de la participación ciudadana y sus resultados.

Hasta ahora hemos ubicado diversas variables que influyen en los porcentajes de participación/abstención, confiabilidad, competencia y ahora ruralidad son factores que se entremezclan y determinan el que el ciudadano concrete el acto de votar. Como pudimos ver también influyen los niveles educativo y socioeconómico del ciudadano.

Las variables no actúan de manera regular ni homogénea y más bien se determinan unas a otras, influyendo de forma diferente de acuerdo con las circunstancias sociopolíticas del país, de un estado e inclusive de una región o municipio.

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EVALUACIÓN DE LAS TAREAS DEL IFE SOBRE EDUCACIÓN CÍVICA Y PROMOCIÓN DEL VOTO, Y SU IMPACTO EN EL NIVEL DE ABSTENCIÓN EN LOS COMICIOS DE 1997

Desde nuestra perspectiva, una correlación objetiva y concreta entre la actividad del IFE y el fenómeno de la abstención sólo se podrá realizar conociendo los montos presupuestales destinados a la promoción del voto y la educación cívica en cada entidad federativa o distrito, variable de suma importancia que permitiría redondear la información, aunque de ninguna manera sería determinante para explicar las causas que influyen en el fenómeno.

Con base en la evaluación institucional que realizó la Dirección Ejecutiva de Capacitación Electoral y Educación Cívica, se pueden detectar aquellas limitantes a las que se enfrentó la Dirección y aquellas carencias que habrán de superarse en la organización de comicios por venir y que definitivamente coadyuvarán a mejorar las labores del IFE para ejecutar adecuadamente las tareas de capacitación, educación cívica y promoción del voto.

Sin embargo, pueden señalarse algunos factores:

  1. La reforma político-electoral de 1996 concluyó cuando daba inicio el proceso electoral, lo que generó una planeación estratégica con tiempos muy acotados.
  2. La concurrencia de instancias de decisión y hasta de ejecución de tareas propició que los resultados no siempre fueran los deseados.
  3. La Dirección no fue capaz de desarrollar un catálogo de indicadores pertinentes que fueran acompañando la toma de decisiones.
  4. Diversos acuerdos del Consejo General fueron emitidos prácticamente a la mitad del proceso de producción de materiales didácticos.
  5. Se encontró que la calidad de los materiales didácticos y su eficacia comunicacional fueron desiguales, destacando una mejor evaluación para los productos de televisión e impresos y un menor desempeño en radio.
  6. La difusión en medios electrónicos a través de tiempos oficiales encaró graves problemas, sobre todo por la falta de apego de las emisoras a las pautas establecidas por RTC.
  7. No hay datos precisos que indiquen en nivel de penetración de los productos impresos.
  8. Se detectó que la gran cantidad de versiones y productos de las diversas campañas del Instituto que se empalman durante el proceso electoral restan eficacia a la comprensión de los mensajes y producen confusión, sobre todo si se toma en cuenta que son simultáneas con las de los partidos políticos.
  9. Es importante dar mayor sistematicidad y asignar recursos adicionales a la realización de estudios de opinión y de monitoreos por empresas especializadas

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DIFICULTADES PARA ESTABLECER UNA TIPOLOGÍA DEL ABSTENCIONISMO EN MÉXICO

Hay que reconocer que no existe una interpretación científica aceptada que nos explique el complejo fenómeno del abstencionismo en México. Se puede detectar, estudiando los diferentes momentos de nuestra evolución electoral, la existencia de un importante número de factores de contexto y coyuntura que otorgan una lógica al comportamiento pasivo, activo o reactivo del electorado para asistir a las urnas el día de la jornada electoral.

A pesar de ello, el estudio comparado del comportamiento del electorado, agrupado por entidades, distritos o secciones electorales, en varios periodos electorales, así como las características de dichos grupos, nos conducen a conclusiones que en cierta forma nos aproximan a lo que pudiera ser no una tipología como tal, pero sí un perfil del electorado abstencionista.

Las variables de escolaridad ayudaron a explicar parte del comportamiento de la abstención: a mayor escolaridad menor abstencionismo, y a menor escolaridad mayor abstencionismo, es decir, la escolaridad y la competitividad influyen en el electorado y estimulan su voto. Aquí estaríamos observando el doble impacto que produce esta variable: los sectores escolarizados están más informados y conscientes de los cambios democráticos y sus repercusiones en las instituciones electorales, por lo que en estos sectores penetra la credibilidad en los procesos y ello influye para aumentar su participación; por otro lado, en este sector tiende a votarse en mayor proporción por la oposición.

En relación con la variable de ingreso se observó que los distritos con mayor población y con menos de un salario mínimo por trabajador son los más abstencionistas y que los distritos electorales con una población que en su mayoría recibe de dos a cinco salarios mínimos son menos abstencionistas. Los sectores de ingreso medio votan más que los sectores con uno o menos de un salario mínimo y otorgan su voto en mayor proporción a la oposición.

Con el cruce de datos referentes a abstencionismo-vivienda y abstencionismo-ruralidad, se encontró que los distritos rurales y con viviendas cuyas condiciones son indicativas de bajo nivel de ingreso, son más abstencionistas que aquellos distritos urbanos cuyas viviendas reflejan un mayor ingreso de sus habitantes.

Resulta interesante destacar el hecho de que, en el caso de todas las variables sociodemográficas, las correlaciones antes mencionadas se hacen más significativas cuando se cruzan con los votos por la oposición y no únicamente con el abstencionismo. Entonces, la conclusión más contundente a la que podemos arribar es que en 1994, y sobre todo en 1997, la abstención está relacionada de manera dependiente con el voto por la oposición, es decir, con la competitividad de la elección.

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